Día Europeo de la Música

“El jazz es el perfecto hilo conductor de todas las músicas y de diferentes expresiones artísticas. Considero que es muy importante difuminar las barreras, las fronteras, y los prejuicios, que no tienen base; me refiero al jazzista que rechaza lo que presupone convencional, muy técnico y restringido de la música clásica; y el clásico que rechaza lo que él entiende como el mundo bohemio, demasiado libre y sin normas del jazzista…,” afirma Joshua Edelman, uno de los músicos más emblemáticos del panorama jazzístico de la actualidad, fundador de Jazz Cultural Theatre of Bilbao, institución dedicada a la enseñanza, investigación y difusión del jazz.

“Los dos mundos, el clásico y el jazz, siempre han estado vinculados de manera muy profunda. Hay un único sistema musical que es común al jazz, a la música clásica, al bolero, al rock, a la música brasileña… a toda la música occidental, que está hecha exactamente sobre la misma base, que parte de la escala cromática y que va derivando en el desarrollo del mundo armónico, de las tonalidades, de los acordes, de las escalas… Glend Gould interpretando a Bach está muy cerca del jazz, Arthur Rubinstein interpretando a Chopin… Hay tanto de todo en todo… Un músico clásico será mejor músico si estudia jazz, y un músico de jazz será mejor músico si estudia música clásica. Hay que enriquecerse también con las tradiciones folklóricas, con su sabiduría, su sentimiento”, concluye el artista.

“Manhattan Bilbao Jazz-Zubia”, el séptimo álbum de Edelman editado bajo su sello propio Jazz Basque Country Productions, es una historia autobiográfica que relata la particular odisea de un músico de jazz de Manhattan, nieto de emigrantes judíos del Este de Europa, que zarpa de Nueva York en 1980 y emprende un viaje transatlántico de idas y vueltas que le llevará, durante más de 30 años, a sumergirse en el jazz a lo largo de diversos pueblos y ciudades hasta llegar a Bilbao. Un espectáculo en el que la música, la poesía y la danza se dan la mano gracias al hilo conductor del jazz, “un leguaje universal integrador y catalizador -en palabras de Edelman- que desdibuja fronteras entre públicos, culturas y diferentes estilos musicales y expresiones artísticas”.

Por su parte, Belén Arteta afirma que traer el jazz de un músico internacional de la talla de Joshua Edelman a Barakaldo es una iniciativa pionera en esta ciudad que ha surgido a raíz de conocer la labor musical y pedagógica que el pianista, discípulo del mítico maestro norteamericano del be-bop Barry Harris, está llevando a cabo en Euskadi, desde Jazz Cultural Theatre of Bilbao “y que me ha permitido conocer al jazz de una forma más profunda…”.

“… En nuestra casa se escuchaba todo tipo de música: clásica, habaneras, Manhattan Transfer, Bernstein, tangos, boleros… Mi madre, también pianista, tenía muchas partituras antiguas, y en vacaciones tocábamos cosas que nos gustaban. Así comencé a estudiar música, como algo natural, porque me gustaba, no porque me lo imponían…. era divertido. Pero luego te dicen que tienes que estudiar clásico…te preparas para trabajar, para dar clases… pero lo otro lo llevas, lo tienes ahí. Volver a ello es sólo dar un paso más”, cuenta Belén.

Uno de los fines de la Asociación Música Arteta, y de la iniciativa de programar este concierto, es dar a conocer diferentes tipos de músicas a un público popular. Y esto incluye el jazz: “una música que tanto me está aportando como profesional y como persona. Porque -dice la pianista barakaldesa- este mundo del jazz es como una liberación; es alegría, frescura, imaginación y fantasía. No es encasillado y por eso me gusta tanto. Además, el jazz no está reñido con el mundo clásico. Es tener el interés de conocerlo. El no conocer, la ignorancia de su existencia… ese es el problema. Un vez de que lo descubres vas hilando…”. Por su parte Joshua Edelman coincide con Arteta en que este tipo de colaboraciones entre el mundo clásico y el mundo del jazz son vitales para el futuro de la buena música y de la enseñanza de calidad.

En esta misma línea, Ledian Mola, violinista cubano actualmente miembro de la Orquesta del Conservatorio Municipal de Música de Barakaldo y de la Orquesta de Cámara de la Universidad de Deusto, y músico que forma parte del elenco del nuevo proyecto de Edelman, comenta al respecto: “mi formación es clásica, pero vengo de un país influenciado por todos los continentes. Cuba sincretizó la música de Bach y Beethoven con el acento yoruba. También mezcló la música estadounidense con sus tambores batá y la energía de Chano Pozo…”.

…”En mi corta experiencia he tenido la oportunidad de vivir en dos mundos, el clásico y jazzístico; y en lo que a mi respecta, uno complementa al otro”, comenta el músico de la Habana residente en Santurtzi. “Un músico profesional debería tener ambos conocimientos ya que considero muy positivo para un músico clásico tener los reflejos armónicos que te proporciona la práctica de la improvisación, al igual que para un músico de jazz es importante el trabajo de la técnica instrumental clásica. La experiencia que he tenido con el conocimiento del jazz es la apertura a la creatividad y al desarrollo de los reflejos musicales, el respeto entre compañeros, el lenguaje corporal,… Las conversaciones en 32 compases son extraordinarias, una experiencia única que debería vivir todo instrumentista. La humildad debe estar en la música y no debemos permitir que se siga viendo como algo elitista. La música, sea cual sea, debe estar hecha desde dentro y así poder llegar al publico; y tanto el jazz como el clásico son unas grandes formas de hacer vibrar el alma”, concluye Ledian Mola.